2.1. Biografía Leopolda Alas Clarín
Leopoldo Alas nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde su familia se había trasladado des de Oviedo. Murió el 13 de junio de 1901 en Oviedo. Su seudónimo era Clarín.
Clarín a los 7 años entro a estudiar en el colegio de los jesuitas, en León. Des de bien pequeño ya ganaba premios literarios.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Ahí aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luís de León.
A la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo.
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado. Pero Clarín sigue adelante en su estilo.
Junto con esta actividad literaria, continúa con sus estudios, preparando el doctorado.
Aparte del género periodístico, Clarín siente la necesidad de cultivar otros géneros literarios. En el verano de 1876, Clarín escribe sus primeros cuentos y algunas poesías. Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer.
El 1 de julio de 1878 obtuvo Leopoldo Alas el título de doctor en Derecho civil y canónico, con la calificación de sobresaliente. Este mismo año también sale de una imprenta el primer libro de Leopoldo y podemos decir que es el único en que no aparece su seudónimo Clarín.
El 29 de agosto de 1882 tuvo lugar su boda con Onofre García-Argüelles.
Al año siguiente regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la Universidad de Oviedo. Clarín era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de Justiniano y continuaba con citas de El Quijote o de Santa Teresa.
Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
En sus ratos libres Clarín escribía para algunos periódicos de
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. El medico le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época. Y a la mañana del 13 de junio de 1901 Leopoldo Alas muere.
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