divendres, 28 d’octubre del 2011

1. La épica 1.2. Epopeya

La épica.

Podemos entender por poesía épica aquellos versos que son destinados a explicar las hazañas de uno o más héroes. La poesía épica se cultivó en Europa durante la Edad Media, concretamente desde el s. VIII al s. XV.

Podemos encontrar dos teorías sobre los orígenes de la épica.

Los llamados “tradicionalistas” defienden el origen de la épica en el Mester de Juglaría. Los juglares, en el repertorio de cantos que realizaban para entretener a la gente, incluían el cantar de las hazañas de un determinado personaje que podía ser del momento, histórico o de un pueblo.
Esta manera de divertirse ya tenía lugar en la antigüedad clásica o entre los musulmanes, con figuras parecidas a la de los juglares. Los tradicionalistas opinan que son las prácticas juglarescas las que provocaron la aparición de la literatura neolatina y, como consecuencia, de la épica.
 
Conocemos al juglar como un poeta y, al mismo tiempo, intérprete de la obra, y conocedor de la técnica literaria como parte de su formación cultural.

Como contrapartida a los tradicionalistas encontramos a los individualistas, quienes defienden que el origen de la épica esta en el Mester de Clerecía.
Los clérigos eran los poseedores de la cultura de aquella época y, por lo tanto, tenían la posibilidad de conocer los hechos históricos y reflejarlos por escrito. Los individualistas creen en que son autores concretos los que iniciaron los poemas épicos y no un grupo de personas, pero aun así no dudan que utilizaran a los juglares.

Por lo tanto las intenciones que tuvieran cada uno de ellos eran distintas, el juglar, divertir y el clérigo, adoctrinar.

Probablemente, ninguna de las teorías fueran erróneas y se produjera una coexistencia de ambos orígenes, que generaron el nacimiento de la épica.


Estructura y estilo: la salmodia de los versos.

La estructura básica de los poemas épicos (a nivel argumental) solía ser el enfrentamiento entre dos personajes: el protagonista y el antagonista, el enfrentamiento se producía principalmente por motivos religiosos, de ley o morales.

A nivel del estilo utilizado, el formulismo de la poesía épica pretendía desde el principio marcar la expresión que hiciera ver a los oyentes, un poema de corte épico y no otro tipo de poema.

Por lo tanto, los poemas épicos eran compuestos para ser recitados oralmente por los juglares, los cuales tenían determinadas frases melódicas que utilizaban para marcar los diferentes ritmos que exigiera cada instante; era la salmodia de los versos.

Basándonos en los estudios de Menéndez Pidal, en su obra Reliquias de la poesía épica española, podemos decir que las etapas de la épica castellana son las siguientes.

Primera etapa: Siglo VIII al XI. Relatos juglarescos sobre temas épicos del siglo VIII en torno a la pérdida de España (Cantar del Rey Rodrigo), relatos novelescos del siglo X (Cantar de Fernán González, Infantes de Lara...) y siglo XI (Cerco de Zamora).

Segunda etapa o época de auge: siglo XI al XIII. Se produce el contacto de la juglería castellana con la francesa. Los poemas épicos empiezan a ser más extensos (Cantar de Mío Cid, Cantar de Roncesvalle, Bernardo del Carpio).

Tercera etapa o época de refundición: Mitad del siglo XIII a mitad del siglo XIV. Nuevos temas para los cantares, con dimensiones similares a las de la segunda etapa, aunque comienza a tomarse piezas autónomas de los cantares extensos, y la aparición de los romances.

Cuarta etapa o época de la decadencia: Mitad del siglo XIV y siglo XV. Los poemas épicos cada vez son más extensos y fantásticos. Comienza la tendencia a la novelización (Cantar de las Mocedades de Rodrigo).

 1.2. Epopeya

Una epopeya es un poema narrativo de gran extensión que presenta una acción grande y pública, que está protagonizada por personajes heroicos y donde interviene lo sobrenatural. El término también se utiliza para nombrar al conjunto de los poemas que componen la tradición épica de un pueblo.

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